¿Cómo crear la felicitación perfecta?

Ago 16, 2015

Con este título puede parecer que quiera dar lecciones magistrales de cómo alcanzar la perfección creando tarjetas y nada más lejos de la realidad. Lo que quiero hacer en este post es dar unas cuantas recomendaciones que os ayuden a la hora de crear felicitaciones personalizadas que le encanten al receptor.
Para mi la palabra clave es, efectivamente, PERSONALIZADAS. Está claro que una postal hecha a mano y con cariño siempre va a ser más emotiva que una comprada pero, en mi opinión, el verdadero reto es hacer algo realmente personal. Una buena felicitación es aquella que está claro que está hecha por ti y para esa persona. Tiene que decir algo de los dos.
En el periodismo, las 6W marcan las seis preguntas básicas que toda noticia debe responder (¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? y ¿Por Qué?). Veamos pues las 6W de la postal perfecta.

¿Quién la va a recibir?

El objetivo de una felicitación es sorprender y hacer feliz al receptor así que tenemos que pensar muy bien en quién es y qué le gusta. No digo que no te tenga que gustar a tí mismo, porque siempre tienes que estar satisfecho de tu trabajo, pero a veces cumplir los gustos de otra persona puede ser una buena manera de salir de tu zona de confort y probar estilos nuevos.
Una vez leí una frase que se me quedó para siempre y que define lo que quiero decir:


«un regalo sólo es un regalo cuando le das a una per­sona lo que ella desea, y deja de serlo cuando das lo que tú deseas que tenga»
Marlo Morgan, Las Voces del desierto

¿Cuál es su color preferido? ¿Le gusta lo vintage o es moderno y minimalista? ¿Cómo viste? ¿Qué complementos usa? ¿Es una persona sencilla o extravagante? Etc. Definir el estilo del receptor puede ayudarnos a la hora de pensar cómo tiene que ser nuestra felicitación.


¿Por qué lo haces?

Toda felicitación tiene un motivo, ya sea el cumpleaños, felicitar las fiestas, desear una pronta recuperación… Siempre queremos decir algo con esa tarjeta y el mensaje tiene que quedar claro. Hacer cosas bonitas por el simple placer de hacer cosas bonitas es genial, pero yo creo que una tarjeta siempre se hace con un motivo y ese motivo tiene que quedar claro. A veces es un mensaje sencillo «Feliz Cumpleaños», y otras veces puede ser que quieras contar toda una historia: los años de amistad, el nacimiento de un bebé…
Sea lo que sea, el mensaje siempre debe ser ALTO Y CLARO. Incluir el nombre del receptor, un mote, una frase cómplice o una palabra que uséis, siempre ayuda a destacar que es algo hecho a mano y expresamente para esa persona. Cualquiera puede comprar una felicitación de cumpleaños en una tienda, incluso una hecha a mano, pero si quieres que se note que la has hecho tú, tiene que tener algo que no se pueda comprar, que la haga especial.


¿Qué vas a hacer?

La inspiración puede surgir de cualquier detalle y cuantas más cosas sepamos de esa persona, más amplio será el abanico de posibilidades. Una afición, una anécdota, un objeto querido… Cualquier cosa puede darte la idea del tema a usar. Lo más fácil suele ser recurrir a su profesión: maestra, policía, mecánico, esteticien, administrativo… Ese es el recurso fácil que todos usamos el primer año, pero si es un amigo o amiga y le vas a hacer una felicitación cada año, eso te servirá para el primero, pero el segundo tendrás que encontrar un tema nuevo para no repetirte y ser original.
Personalmente, prefiero hablar de sus aficiones más que de su trabajo, al fin y al cabo, el trabajo no siempre nos gusta, pero nuestros hobbies son nuestras pasiones y más vale hacer referencia a algo agradable. Busca los detalles cuanto más personales mejor: si lleva uniforme, no puede ser cualquier uniforme, tiene que ser si uniforme; si le gusta el cine, seguramente tendrá un actor preferido, un director, un género… Cuanto más allá vayamos, más personal será. ¡Busca en los detalles!


¿Cómo lo vas a hacer?

Aunque no lo parezca, esta es una parte fundamental del proceso. A veces la imaginación puede más que nuestra habilidad y te quedas con la frustración de que tenías una idea genial pero no sabes hacerla realidad o no puedes. Es verdad que cuando eso pasa te quedas muy frustrado y a veces te puedes bloquear, por eso yo recomiendo tener el plan A y el plan B bien trazados en la cabeza antes de ponerse a hacer nada.

  • ¿Sabes hacer todo lo que tienes que hacer?
  • ¿Tienes todo el material que necesitas?
  • ¿Has practicado todas las técnicas que vas a usar?
  • ¿Tienes todos los diseños (dibujos, fuentes…) que vas a incluir?
Piensa, busca, practica, compra… y ten muy claro cómo vas a hacer realidad esa idea tan genial que tienes en la cabeza. De todas maneras, a veces simplemente te das cuenta de que lo que querías hacer en un principio es imposible: porque no tienes las herramientas suficientes, porque no te sale, porque no queda como esperabas… Y no hay que desesperar, ahí es donde el plan B cobra protagonismo, porque el plan B tiene que ser siempre algo que sepas que puedes hacer, una opción segura. De primeras puede parecer más cutre que el plan A pero verás como al final te queda incluso mejor, porque sabes cómo hacerlo y lo vas a bordar.

¿Cuándo lo vas a hacer?

Habitualmente, cuando hacemos una felicitación, ésta tiene una fecha límite, ya sea el día del cumpleaños, o el día que vas a ver a esa persona y es necesario organizar bien tu tiempo. La razón por la que prefiero hacer postales a álbums es precisamente esa, que al tener una fecha límite, me obligo a dedicarle un tiempo. De hecho tengo mil cosas pendientes para mi y siempre acabo haciendo algo para otra persona.
Volviendo al tema. Yo siempre empiezo a planear las felicitaciones en mi cabeza semanas o incluso meses antes, porque de esa manera tengo tiempo de darles vueltas, cambiar de idea o solucionar los posibles problemas. Diría que el 80% del tiempo lo dedico al diseño y si está bien diseñada en tu cabeza y sabes lo que tienes que hacer, cuando te pones manos a la obra no tardas nada. En otro post os explicaré el proceso creativo completo de alguna de las felicitaciones que hay en el blog. Lo más difícil es cuando alguien no se da cuenta de lo que cuesta y dice eso de «¿tanto rollo para eso?». Pues sí, a veces cuesta mucho llegar a la idea final, y eso no significa que sea complicada, en ocasiones cuanto más simple, más difícil. A mi me gusta hacer cosas limpias, sencillas y «elegantes», no soy de grandes abalorios, ni de añadir decoración innecesaria pero encontrar el punto entre pobre y recargado no siempre es fácil. ¡Y no siempre me sale bien! Cada uno tiene su estilo.
Lo más importante:

  • Ten clara la fecha límite (si tienes que enviarla por correo, prevé lo que tardará en llegar)
  • Dedica todo el tiempo que puedas al diseño, si está claro, la elaboración será coser y cantar
  • Reserva el tiempo necesario para la elaboración y las posibles complicaciones

¿Dónde?

Vete despejando el área de trabajo días antes. Todas tenemos nuestros pequeños desastres domésticos así que si dejas tu zona de trabajo despejada y ordenada, seguro que cuando te pongas a trabajar todo será más fácil. ¡Pero recuerda dónde has dejado las cosas cuando las ordenes!

Espero que esta explicación tan larga os sirva de algo a la hora de idear vuestras postales y felicitaciones.

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