Las que me seguís en Instagram ya sabéis que de vez en cuando me lío la manta a la cabeza y saco la máquina de coser. La verdad es que poco a poco le voy cogiendo cariño, ya nos peleamos menos, pero se han visto ratones haciéndose el harakiri por culpa de la costura. El caso es que tanto coser tote bags, mi madre me pidió una, pero que llevara cremallera, y ahí que me puse.
La tela exterior es loneta y el forro interior es Bomull de Ikea. Está arrugada porque lavé las dos telas previamente para evitar que al lavar la bolsa ya montada encogieran en distinta medida y se quedara todo manga por hombro. Soy una enamorada de la loneta lisa y la Bomull es barata y super práctica así que ya son dos básicos de mi vida. Decidí ponerle la cremallera en el borde de arriba y seguramente no fue la mejor decisión pero al final quedó bastante decente y mucho más práctica que si estuviera abierta.
Ya que me puse, aproveché también para coser mi primer bolsillo, Chispas… No quedó perfecto pero tampoco quedó tan mal y la verdad es que es muy práctico. Tamaño móvil, algo fundamental hoy en día, jeje.
Para acabar, un bolsillito interior que siempre viene bien para tener las cosas a mano. La verdad es que la bolsa no es nada del otro mundo y tiene bastantes defectos pero poco a poco le voy cogiendo el gusto a eso de coser y eso es lo mejor. Vamos, que si eres de las que tienen la máquina de coser muerta de risa en un rincón, aprovéchala. Al final todo es ponerse.
No, no voy a hacer ningún tutorial que no estoy yo para dar lecciones de costura a nadie, me queda mucho mucho mucho por aprender, pero sí os quiero animar a que lo probéis, es una tarea muy satisfactoria.
Y hasta aquí este post sin mucho interés, que tiene como objetivo principal deciros que hay muchas cosas más allá del papel y de vez en cuando vale la pena animarse a probarlas.
¡Hasta otra ratones!
0 comentarios