Hoy se acababa el plazo para enviar nuestro correo bonito a la penpal que nos había tocado. El mío salió el viernes pasado de camino a su nueva dueña y aquí tenéis el resultado.
Me apunté al 3r Snail Mail de Mi Tienda de Arte por el premio, para qué negarlo. Con el boom del foil quill al final se te ponen los dientes largos y claro, con la paga que me da Endesa, no tengo ni para queso.


Lo primero que tenía claro es que quería hacerlo en cartulina kraft. Me encanta la cartulina kraft, estoy enamorada, y además tengo un montón. Te dejo unas cuantas opciones de Amazon que vienen genial de fondo de armario.
La «portada» fue lo último que hice, se me da de pena añadir cosas «bonitas», vamos, lo que es el scrap básicamente jajajaja, y decidí poner el nombre de mi Penpal para que quedara más personal.


Lo segundo que tenía claro era que quería coser. Veo tantos proyectos cosidos y queda tan bonito, que no me podía resistir. También hay que añadir que la cartulina kraft se lleva fatal con la cinta de doble cara así que cosida seguro que no se despegaba.
Otra cosa que había visto en mis viajes por Pinterest es que se ponen muchas etiquetas, así que me hice unas etiquetas kraft con la big Shot y las usé para mandar un poco de tweed.

La estructura general supongo que se puede considerar un flipbook. No tiene muchos elementos porque me quedé corta al plegar los márgenes y el pobre se me iba a engordar mucho.



Utilicé la tabla de plegado de Martha Stewart para hacer los sobrecitos. Como ya dije en Instagram, creo que no había usado nunca el accesorio para sobres y me ha gustado. ¡Animaros a sacarlo del exilio, pobrecito!
Las etiquetas que indican lo que hay dentro también sirven para sujetar el cierre del sobre. ¡Ahí estuve lista!

Esa parte fue la primera que hice. Las washis están pegadas sobre un acetato que se puede sacar y la pestaña de los brads la tuve que acabar cosiendo a mano porque se me acabó la canilla de la máquina y se me quedaron los agujeros pero sin hilo. ¡Qué desastre!
Aprovecho para decir que las etiquetas de la Dymo fueron lo último que puse. Sabía que le faltaba algo, no sabía qué añadir porque poner cosas porque sí no es lo mío, y me acordé de que la dymo estaba en el cajón de la oficina. Me parece que no va a volver a ese triste lugar, me encanta cómo queda.

En el centro cosí un sobre de vellum (en mi pueblo: papel cebolla) y dentro le metí unos stencils, que ya son un clásico en mis envíos, y unos papeles para notas. Los pobres stencils, con eso de ser transparentes, nunca salen bien en las fotos.
En los laterales ya véis que puse unos bolsillos con sellos adhesivos y unas perlitas. Y en una de las pestañas hay unos minipostits que me habían enviado y quedaban genial para completarla.


Y, por último, una libretita de Tiger, personalizada con vinilo.
Tengo que reconocer que aunque hubo un momento en que me arrepentí de haberme apuntado, porque se hacía tarde y no tenía más tiempo, al final me lo he pasado genial. Hacía mucho tiempo que no me sentaba tranquilamente a hacer scrap. Además, he descubierto que lo que me estresa es mezclar máquinas con trabajo manual. Este flipbook está hecho todo a mano, sólo algunas chuches son cortadas con la Cameo y la portada, con la Maker, pero es que cuando me lío a recortar y pegar, lo mejor es no romper la racha.
Ya sé que es muy sencillito comparado con las preciosidades que se ven por ahí pero espero que os guste y que os dé alguna idea si tenéis que preparar uno.
¡Ah! ¡Que se me olvidaba el sobre! Pues quedó muy «grunge» al estilo del contenido. A tirar de sellos y de mi colección de tintas Memento, que son divinas.

Eso es todo por hoy. ¡Hasta otra, ratones!
Una pasada!! Me encantó!!!
¡Gracias!