Hace unos meses me planteé empezar a investigar sobre el bullet journal porque llevaba años usando agendas comprando agendas que luego no usaba. Sí, en enero la cogía con muchas ganas y luego ya apuntaba las cuatro cosas básicas que al final se me olvidaba mirar así que daba igual que las apuntara que no.
El otro problema que tenía con las agendas es que yo estructuro mi vida en semanas. Es decir, tengo muchas tareas que tengo que hacer «esta semana». Me da igual si las hago el lunes, el martes o el domingo, simplemente, tienen que estar hechas esta semana. Y eso era algo que en las agendas tradicionales no sabía donde apuntar y me pasaba el día poniendo post its que iba moviendo de un día a otro. No me era nada práctico.
El caso es que yo había oído hablar del bullet journal y había visto mucho post cuqui en Instagram, pero no acababa de entender en qué consistía. Hay que decir que tenía ya un cuaderno de Bullet Jornal de Flying Tiger ahí muerto de risa y me daba pena usarlo por si quedaba feo. ¡EEERROOOOOR!
Mis primeros pasitos
En mi total ignorancia a ingenuidad, mi primer acercamiento al bullet journal fue un calendario semanal para las cosas del blog.
Me entretuve a decorarlo y a hacer cutricaligrafía así que quedó instagrameable pero, la verdad, no muy práctico. La suerte que tuve es que colgué la misma foto de bullet journal en Facebook con un mensaje de socorro para ver si alguien me explicaba cómo hacer bullet journal y no morir en el intento. Y digo que fue una suerte porque tengo unas seguidoras maravillosas que en seguida salieron en mi ayuda.
Lo primero que hicieron fue decirme que me olvidara de todo lo visto y que si quería hacer algo práctico, no podía matarme en ser cuqui. Llámalas lógicas, también. Y lo siguiente, fue recomendarme el libro del creador del método. ¡Anda, si yo no sabía ni que había un creador ni un método! Pues eso, que si tú vives en la inopia como vivía yo, pues para eso es este post.
El libro
Confieso que me debatí un poco ente comprar o no el libro. Que una es una rata y ya se sabe que nos cuesta soltar el dinerillo. Pero al final se fue para el carrito de la compra de Amazon y tengo que decir que no me arrepiento.
Lo primero a destacar es que, para no pretender ser cuqui, el libro está decorado con foil. Es negro + foil dorado. ¡Si parece que lo haya diseñado Teresa Collins! Jajajajaja. Pero bueno, dejando eso a parte, sí es verdad que el contenido no es nada cuqui, es letra letra y más letra. Solo hay algunos pequeños ejemplos de páginas decoradas pero, básicamente, es un libro teórico.
El autor
Ryder Carroll es un chico con síndrome de déficit de atención (TDAH) que ideó el sistema de bullet journal para ordenar un poco su vida, su agenda, sus apuntes… Y como vio que le funcionaba, empezó compartirlo con sus amigos y compañeros para intentar ayudarles a ellos también.
En resumen, que SÍ hay un método detrás del bullet jornal y que NO tiene nada que ver con esas agendas cuquis que vemos por Instagram. Sin embargo, como es un método altamente personalizable, y creció entre una comunidad de diseñadores, mucha gente le ha añadido creatividad y hace unos bullet journals muy llamativos, pero no por eso son mejores ni peores que el tuyo que está escrito con mala letra en boli BIC.
Lo que me ha gustado
Lo que más me ha gustado del libro es el método en sí, la estructura tan versátil que crea en un solo cuaderno y esa sensación de «¡Cómo no se me había ocurrido antes!». Porque, seamos sinceros, no ha descubierto América, pero a veces hace falta que venga alguien a explicarte cosas que son de una lógica aplastante y que no se te habían ocurrido.

También el hecho de desmitificar que se trate de un sistema de agenda bonita, va mucho más allá. Un bullet journal bien llevado tiene que servirte para tenerlo TODO en un solo cuaderno. Pero luego cuando te cuente mi experiencia te lo aclaro un poco mejor.
No te voy a explicar aquí en qué consiste el método, si quieres saber más, cómprate el libro, vale la pena. Yo me lo leí en una menos de una semana y eso que no saco tiempo ni para cepillarles el pelo a las ratas.
Lo que NO me ha gustado
El tono de libro de autoayuda. A ver, que yo entiendo que al autor le vino muy bien su sistema para organizar su vida y mitigar sus problemas de falta de atención, pero es que hay momentos en que parece que por empezar a usar el bullet journal te vayan a ascender en el trabajo, tu pareja te vaya a querer más y no se te vaya a volver a olvidar nada cuando vas al súper. Oye, que a lo mejor te organizas tan bien que te vuelves un súper héroe, pero no nos pasemos.
El libro está dividido en capítulos/secciones/álbums, como le quieras llamar, y hay algunos que me parecen muy prácticos. Básicamente, el más práctico es el que explica el sistema, y también el de «la práctica», aunque ahí ya va oliendo a psicología barata y creo que eso le resta un pelín de credibilidad. Que eso no significa que no sea útil de vez en cuando, pero personalmente habría preferido un tono un poco más práctico y también menos autocomplaciente. Ya digo que hay veces que parece que te vaya a cambiar la vida por coger un cuaderno y un boli.
Mi experiencia
Bueno, pues después de esta larguísima introducción, te cuento un poco mi experiencia. Tras leer el libro, cogí el cuqui cuaderno de Tiger, un boli y un rotulador (porque mi cerebro funciona mejor en un par de colores) y me dispuse a empezar mi bullet journal.
Lo primero que tuve claro es que tenía que ser práctico y no divino de la muerte. Por lo tanto, no iba a ser «enseñable» y me tenía que dar igual cómo acabara el cuaderno. Es que yo no sé tú, pero a mi me duele en el alma coger un cuaderno bonito y que luego el interior sea una piltrafa de garabatos. Así acaba la casa llena de libretas sin usar. Confiesa, tú también tienes unas cuantas porque «son bonitas y da pena estropearlas». En este caso, me tenía que dar igual.
Lo segundo que tenía claro es que iba a usar el sistema como se tiene que hacer, A MI MANERA. Sí, olvídate de estructuras cerradas, de trackings inútiles e innecesarios, de páginas guays que le has visto a otra, plantéate qué necesitas y hazlo. El bullet journal no es solamente una agenda, ni mucho menos, el sitio para anotarlo TODO. Solo te diré que no llevo ni dos meses con él y ya tiene más de 70 páginas llenas. ¡70 páginas! Y seguramente de agenda no sean más que 15 o 20.

¿Qué es todo lo demás? Pues no tengo ni un track de nada. Las pocas cosas que me interesa seguir, las meto en el registro diario y, si algún día me interesa hacer un seguimiento específico para algo, pues ya lo montaré y recopilaré la información de la parte de agenda. ¿Entonces de qué he llenado 50 páginas? De apuntes. Yo apunto muchas cosas y, la mayoría, del blog. Tengo una lista de ideas de posts, otra sección de anotaciones para esos posts de la primera lista, proyectos de futuro, un plan de limpieza, una lista de cosas para tirar o vender, apuntes de trabajo, una lista de direcciones que siempre pierdo y que, de hecho, está a medias porque no sé dónde las metí…
Una de las cosas más tontas y que más me ha servido es que, recientemente, hemos cambiado de compañía telefónica y ya sabéis lo estresante que puede ser eso. Primero, apunté en el bullet journal (o cuaderno para todo) las ofertas de las diferentes compañías. Una vez elegida la ganadora empezaba todo el caótico proceso y me ha servido mucho tener la lista de todos los pasos que había que seguir: cuando había que llamar, cuando tenía que venir el técnico, qué estaba ya hecho, qué faltaba por hacer… Así me he estresado mucho menos.
La mayoría de estas cosas las tenía en cuadernos, papeles, la agenda… Y luego no encontraba nada. De hecho, hace tiempo me hice un cuaderno específicamente para apuntar las cosas del blog, con sus separadores y todo. A lo mejor lo recuerdas.
Quedó muy mono y me encanta peeeero, nunca encuentro nada. Un desastre. Ahora lo tengo todo en mi bullet journal aparentemente caótico, y lo encuentro todo.
Tampoco me mato mucho con las estructuras, tengo mi estructura semanal que cree al principio y con eso me apaño perfectamente. El resto, por ahora, son básicamente listas y más listas.
Los fallos que creo que se cometen
Aquí, estoy en parvulitos de bullet journal como para poder opinar con criterio pero, sí he visto cosas que he pensado: «no me extraña que lo hayas dejado».
Querer hacer seguimientos de todo
¡Eh! Y en esto me declaro la primera culpable. Mi primer acercamiento al rollo este fue hace más de un año cuando hice un track de veinte cosas, una cuadrícula en la que no llegué ni a acabar el mes. Y total ¿para qué? Para nada, no me aportaba nada.

¿De verdad necesitas saber todo lo que has comido este mes? ¿En serio? A no ser que estés en alguna dieta muy estricta o que estés buscando una alergia alimentaria y necesites saber qué has comido y cómo te ha sentado, no le veo sentido. Otra cosa es que tengas que organizar las comidas en casa y hagas un calendario de menús. Bueno, pues eso te puede ir bien.
Pero mi track preferido es el mood track. ¿En serio? ¿Necesitas saber cuántos días al mes estás enfadada, contenta o triste? ¿Y cómo lo haces? Porque vamos, mi mood track debería tener 500 casillas al mes, que si me he levantado contenta, luego me ha llegado un mail y me he cabreado, luego se me ha olvidado y estaba tranquila, por la noche estaba cansada… Y el resto pues sería en color morado gruñón, que es mi estado natural. Pues eso, que he visto un millón y medio de plantillas monísimas para seguir el estado de ánimo. ¿Para qué? ¿Para contárselo a tu terapeuta? Si es así, adelante.
Recuerdo varios casos de gente enseñando su super bullet journal con un montón de tracks preciosos, que si el humor, que si el agua que he bebido, que si las croquetas que he comido, que si el mandala de flores de Bach, una página de gratitud… Y al cabo de un tiempo las mismas personas diciendo que lo ha dejado porque no les funcionaba. ¡Pero cómo te va a funcionar, alma de cántaro! Oye, que a lo mejor aparezco yo dentro de un tiempo diciendo que lo he dejado, tampoco sería raro, pero creo que es más culpa de nuestra incapacidad para adaptarnos, que del sistema en sí.
Como ves, esto también tiene mucho que ver con eses rollo autoayuda del que me quejaba antes. Hola, ¿eres una persona práctica? Pues hazlo práctico, no te metas en berenjenales. Hola ¿te va el rollo cuquiflower? Pues le vas a tener que echar horas para que te funcione. Es que si te faltan días en la semana para acabar todo lo que tienes que hacer, ¡no te eches más trabajo encima!
Echarle mucho arte y poca cabeza
Lo que decía al principio, quieres hacerlo bonito, quieres decorar, que todo sea perfecto, y como si lo hago ahora lo voy a hacer rápido y mal, pues lo dejo para luego y…. nunca más se supo.
Lo dicho, empieza por lo básico, lo simple, lo sencillo y luego ya cuando lo domines, si te apetece, lo complicas.
Conclusión
La primera conclusión es que he metido un rollo patatero de narices. Jajajajaja. Pero, si has llegado hasta aquí, ya lo rematamos.
Si las agendas no te acaban de funcionar o si tienes veinte libretas por casa con doscientas cosas apuntadas que nunca encuentras, te recomiendo el método bullet journal. Cómprate el libro, léetelo y luego haz lo que te parezca. No te ates a nada, no te sientas obligada a nada, solo haz lo que veas necesario. El sistema se cimienta en tres pilares básicos: el registro futuro, el registro mensual y el registro diario. A partir de ahí, ancha es Castilla.
Y hasta aquí mi opinión (por ahora) del bullet journal. A partir de aquí, coge una libreta que te haga ilusión, un boli que te guste y tira millas.
¡Buen viaje, ratona!
Vaya ratona después de leer tu post confirmo que, un bullet journal es lo mismo que Evernote pero en físico. Nunca le he visto la gracia a perder horas y horas adornando una libreta como si no hubiera un mañana. Llevo usando Evernote desde hace más de 10 años y ya no concibo estar sin él, práctico, personalizable y en todos mis dispositivos. Creo honradamente que quién hace un bullet journal o no es muy ducha en informática, o realmente no saben demasiado lo que es gestionar datos, una agenda, apuntes, notas, recordatorios, etc. Felicidades y sino conoces Evernote échale un vistazo, te sorprenderá gratamente.
Efectivamente hay muchas aplicaciones digitales y el libro también lo dice, pero no es lo mismo, el placer y el relax de escribir a mano existe y lo aprecio. Yo pienso mejor a mano (frase para la posteridad). jajajaja. En cualquier caso, cada una que haga lo que mejor le funcione. ¡Faltaría más! Si a ti te funciona con Evernote pues no lo dejes, que cuando algo va bien hay que aprovecharlo. PD: Así ya doy por hecho que no vas a usar el cuaderno que te mandé como bullet journal jajajajajaja.
Nooooo, se lo he preparado a mi nieta de 15 años y ella superfeliz !!!!! Un abrazo.